lunes, 27 de abril de 2015

Patriotismo socialista e internacionalismo/ James Connolly


¨Por patriotismo no hago la guerra. Nunca la hice. Hago la guerra contra el patriotismo del capitalismo, el patriotismo que convierte al interés de la clase capitalista en prueba suprema del deber y el derecho. Estoy con el patriotismo de la clase obrera, con el patriotismo que juzga todo acto público por su efecto sobre la fortuna de quienes padecen. Considero patriótico todo aquello que es bueno para la clase obrera, pues este movimiento o partido es la encarnación más perfecta del patriotismo que trabaja con más éxito para que la clase obrera conquiste el control de su destino en la tierra en que trabaja.
En consecuencia, considero al socialista de otro país mi compatriota y al capitalista de mi propio país como mi enemigo natural. Considero que cada nación contribuyó al tronco común de la civilización, y considero a la clase capitalista de cada nación como el enemigo lógico y natural de la cultura nacional que hizo aquella contribución.

Cuanto más fuerte es mi afecto por la tradición nacional, su literatura, lenguaje y simpatías, con más firmeza arraiga mi oposición a la clase capitalista que, en su desalmada codicia de poder y oro, está dispuesta a triturar a las naciones como si lo hiciera en un mortero¨

¨Las tradiciones pueden proporcionar, y con frecuencia ése es el caso, el material para un martirio glorioso, pero nunca pueden ser lo suficientemente fuertes como para cabalgar sobre la tormenta de una revolución exitosa. La república que querría establecer para mis compatriotas debería ser aquella cuya mera mención fuera en todo momento como un rayo de luz para los oprimidos de todos los países, que mantuviera en todo momento la promesa de libertad y riqueza como recompensa por los esfuerzos en su nombre. La República irlandesa puede ser una palabra que conjure su sufrimiento, un punto de encuentro para los desafectos, un refugio para los oprimidos, un punto de partida para los socialistas, entusiastas de la causa de la libertad humana.
El dominio inglés en Inglaterra no es sino símbolo del hecho de que los conquistadores ingleses en el pasado forzaron en este país un sistema de propiedad basado en el expolio, el fraude y el asesinato; que, actualmente, el ejercicio de los “derechos de propiedad” así originados implica la práctica continua del expolio legal y el fraude. El dominio inglés se descubrió como la forma más apropiada de gobierno para la protección del expolio, y el ejército inglés es la herramienta más flexible con la que ejecutar el asesinato judicial cuando los temores de las clases propietarias así lo demandan.

El socialista que quiera destruir de raíz la totalidad del sistema brutalmente materialista de civilización, que, exactamente como el idioma inglés, hemos adoptado como si fuera nuestro, es, sostengo, un enemigo mucho más mortífero para el dominio y tutela inglesas que el superficial pensador que imagina que es posible reconciliar la libertad de Irlanda con aquellas formas insidiosas pero desastrosas de sometimiento económico: la tiranía de los terratenientes, el fraude capitalista y la usura inmunda; funestos frutos de la conquista normanda, la trinidad impía de la cual Strongbow y Diarmuid MacMurchadha –el ladrón normando y el traidor irlandés– fueron convenientes precursores y apóstoles.
Si mañana expulsáis al Ejército inglés e izáis la bandera verde sobre el Castillo de Dublín, a menos que construyáis una República socialista todos vuestros esfuerzos habrán sido en vano.
Inglaterra os seguirá dominando. Os dominará a través de sus capitalistas, a través de sus terratenientes, a través de sus financieros, a través de su colección de instituciones individualistas y comerciales que ha sembrado en este país y regado con las lágrimas de nuestras madres y la sangre de nuestros mártires.
Inglaterra os seguirá dominando hasta vuestra ruina, incluso si vuestros labios ofrecen un homenaje hipócrita al altar de la libertad cuya causa habéis traicionado.

El auténtico patriotismo busca el bien de cada persona en la felicidad de todos, y va contra el deseo egoísta de los bienes materiales que sólo se pueden obtener a través de la explotación de los mortales menos favorecidos. Es la misión de la clase obrera el darle al patriotismo este alto y noble significado. Esto sólo puede hacerlo nuestra clase obrera, al ser la única clase universal que abarca a todas las personas, organizándose como un partido político propio, reconociendo la lucha obrera como la piedra angular de nuestro edificio económico y el principio vital de nuestra acción política.¨

¨Nosotros culpamos al pueblo británico que apoya el colonialismo, este imperio pirata que controla sin representación en ningún parlamento a una sexta parte de la raza humana. Todo aquel que forme parte de alguna de estas razas sometidas que se atreva a aspirar a un existencia para su país apartada del imperio británico, es arrestado como un criminal y encarcelado o ejecutado por nuestros gobernantes. India, Egipto, Irlanda, todos nos han suministrado ejemplos en los últimos años. A pesar de todo, esta tripulación pirata que ha sometido y mantenido en cautiverio a esta vasta masa de la humanidad, una sexta parte de la raza humana, que trata como un crimen las mas nobles aspiraciones de libertad de las masas, la tripulación de este imperio pirata  tiene siempre el apoyo entusiasta del pueblo británico en frustrar cualquier intento de un pueblo sometido de escapar del imperio.¨

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